L’ex-président de l’Uruguay, José Mujica, a commenté ce vendredi la situation politique de la Colombie au cours de la cinquième réunion du Groupe de Puebla et a affirmé que « l’échec » du processus de paix dans le pays est « un échec pour l’humanité tout entière ».
« La tragédie de la Colombie est un exemple de l’échec de la politique et n’est pas l’échec de la Colombie, mais l’échec de l’humanité tout entière », a dit Mujica, 84 ans, dans son intervention lors de la cinquième rencontre du Groupe Puebla, qui s’est tenue en visioconférence au travers de la Fondation Perseu Abramo du Brésil.
« Si nous n’avons pas pu influencer les dirigeants de la Colombie pour clore une page historique d’un conflit interminable, si la Colombie, pour la deuxième fois de son histoire, ne respecte pas ses engagements, alors les conséquences pour le futur sont franchement imprévisibles » a regretté Mujica, qui a intégré au titre de sa notoriété la commission dont la médiation a contribué à la signature de l’accord de paix entre le gouvernement de Colombie et les guerrilleros des FARC.
En diverses occasions, le parti Force Alternative Révolutionnaire du Commun (FARC) a accusé le gouvernement Duque de retards injustifiés dans la mise en œuvre de l’accord de paix et réclame également une protection accrue des démobilisés.
Des violations des droits humains, incluant l’assassinat d’ex-guerrilleros et l’espionnage par l’armée colombienne de journalistes, d’hommes politiques et de défenseurs des droits humains révélé il y a quelques semaines, ont été considérées par des organisations non gouvernementales comme une menace sur le processus de paix.
Selon les chiffres avancés par le parti FARC, entre l’entrée en vigueur le 1er décembre 2016 de l’accord de paix et le 6 mars de cette année, 190 ex-combattants auraient été assassinés, soit quasiment sept par mois en moyenne.
Il faut ajouter à cela le blocage des négociations de paix entre le gouvernement colombien et le ELN, principal groupe de guerrilleros du pays depuis la signature de l’accord avec les FARC.
Le président de Colombie, Iván Duque, a posé comme prérequis à la poursuite du dialogue de paix que ce groupe cesse les prises d’otage, et libère les personnes déjà détenues.
Suite à l’attentat du 17 janvier 2019 contre l’École de Police de Bogota, dans lequel sont morts 22 cadets, le dialogue est resté au point mort et Duque a demandé à Cuba de lui livrer les délégués du ELN qui se trouvent à la Havane pour les négociations. Le gouvernement de l’île n’a pas accédé à cette requête.
Dans son allocution, Mujica a signalé que « lorsque la politique échoue, la paix échoue » et par conséquent « personne ne peut assurer qu’il n’y aura pas de conflits armés à venir dans notre Amérique ».
À la réunion organisée depuis Sao Paulo, outre Mujica et Lula, ont également participé le président d’Argentine, Alberto Fernádez, et les ex-présidents des gouvernements espagnol, Rodríguez Zapatero ; colombien, Ernesto Samper ; brésilien, Dilma Roussef ; bolivien, Evo Morales ; équatorien, Rafael Correa ; paraguayen, Fernando Lugo, ainsi que des politiciens et universitaires d’Amérique Latine.
Pepe Mujica: el fallido proceso de paz en Colombia es un fracaso de la humanidad
El expresidente de Uruguay José Mujica se refirió este viernes a la situación política de Colombia durante la quinta reunión del Grupo de Puebla y afirmó que el « fracaso » del proceso paz en el país « es un fracaso de la humanidad entera ».
« La tragedia de Colombia es un ejemplo del fracaso de la política » y « no es un fracaso de Colombia, es un fracaso de la humanidad entera », dijo Mujica, de 84 años, en su intervención en el quinto encuentro del Grupo de Puebla, celebrado virtualmente a través de la Fundación Perseu Abramo de Brasil.
« Si no hemos podido influir en quienes dirigen Colombia para cerrar una página histórica de un conflicto interminable, si Colombia por segunda vez en su historia no cumple con lo acordado, las consecuencias hacia el futuro son francamente imprevisibles », lamentó Mujica, quien integró en condición de « notable » la comisión que ayudó a mediar el acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y los guerrilleros de las FARC.
En varias ocasiones el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) ha acusado al Gobierno Duque de demoras injustificadas para implementar el acuerdo de paz y también le reclaman mayor protección para los desmovilizados.
Violaciones a los derechos humanos como asesinatos de exguerrilleros y el espionaje del Ejército colombiano a periodistas, políticos y defensores de derechos humanos, desvelado hace un par de semanas, han sido considerados como amenazas para el proceso de paz por organizaciones no gubernamentales.
Según cifras del partido FARC, desde el 1 de diciembre de 2016, cuando entró en vigor el acuerdo de paz y hasta el 6 de marzo de este año, 190 excombatientes fueron asesinados, lo que supone una media de casi 7 al mes.
A eso se suma que las negociaciones de paz del Gobierno colombiano con el ELN, el principal grupo guerrillero del país tras la firma del acuerdo con las FARC, se encuentran estancadas.
El presidente de Colombia, Iván Duque, condicionó la continuidad de los diálogos de paz a que ese grupo deje de secuestrar y libere las personas que tiene en su poder.
Tras el atentado del 17 de enero de 2019 contra la Escuela de la Policía en Bogotá, en el que murieron 22 cadetes, los diálogos quedaron en punto muerto y Duque pidió a Cuba que entregue a los delegados del ELN que se encuentran en La Habana para los diálogos, petición que no ha sido atendida por el Gobierno de la isla.
Durante su alocución, Mujica señaló que « cuando la política fracasa, fracasa la paz » y por ello « nadie puede asegurar que en el futuro de nuestra América no surjan conflictos armados ».
En la reunión coordinada desde Sao Paulo, además de Mujica y Lula, también participaron el presidente de Argentina, Alberto Fernádez, y los expresidentes del Gobierno de España Rodríguez Zapatero; de Colombia, Ernesto Samper; de Brasil, Dilma Roussef; de Bolivia, Evo Morales; el ecuatoriano Rafael Correa, el paraguayo Fernando Lugo y políticos y académicos de Latinoamérica.