Cet article fait partie du dossier La présidentielle française vue de l'étranger

Nous vous invitons à suivre ce dossier qui relatera la perception dans le monde de la campagne présidentielle en France. La campagne trouvera son épilogue les 10 et 24 avril 2022.

Les tribunes de Jean-Luc Mélenchon publiées dans 9 journaux internationaux

Pas moins de neuf sites internationaux ont repris et publié les tribunes de Jean-Luc Mélenchon (celle sur le climat et celle sur l'espace), dont le journal électronique espagnol le plus important en Espagne, Dominio Publico. Nous publions ici la tribune sur le climat traduite en espagnol ainsi que les différents liens vers les 9 sites internet chiliens, colombiens, brésiliens, espagnols et suisse, à la fin de cet article. Et nous profitons de ces reprises pour créer une nouvelle rubrique sur Le Monde en Commun : "La présidentielle française vue de l'étranger". Vous y retrouverez toutes les analyses traduites par nos collaborateurs sur la campagne française de 2022, ainsi que les liens vers les articles que certains journaux, comme ces trois supports sud-américains, ont eux-mêmes repris.

No más palabrería sobre el medioambiente: hacen falta restricciones y sanciones

“Francia debe tratar de ganarse el respeto y el apoyo de una nueva diplomacia climática. Una diplomacia alter mundialista. Es decir, una diplomacia que milite por otro orden mundial y otras normas jurídicas que sirvan al interés general humano », asevera el diputado y candidato a la presidencia de Francia en el 2022, Jean-Luc Mélenchon. 

Treinta años de conferencias internacionales e informes científicos han hecho sonar la alarma climática ¿El resultado? Un exceso de 60% de emisiones de CO2 adicionales en 26 años. El cambio climático ha comenzado. Es irreversible. En realidad, solo luchamos para evitar más daños.  Porque muy pronto se alcanzarán nuevos puntos de inflexión climática. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y parece seguro un calentamiento de 4 grados para finales de siglo.

Las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero deberían reducirse a la mitad en menos de diez años.  Pero esto no se logrará ¿Por qué? Porque el carácter puramente declarativo de estos compromisos convierte a la actual diplomacia climática en un puro encantamientoDe hecho, el famoso Acuerdo de París no preveía ningún mecanismo de sanción.

La letanía de promesas puede convertirse, por tanto, en una competición de exhibiciones y gesticulaciones diplomáticas. El presidente Macron puede así exigir impunemente esfuerzos al mundo entero sin el menor riesgo, en circunstancias de que ha sido condenado dos veces por los tribunales de su propio país por su inacción climática. Está dejando en ridículo a Francia. 

¿Progresará la COP26? Es dudoso. Incluso se puede temer que empeore el estado actual de las cosas. De hecho, el artículo 6 del Acuerdo de París podría autorizar a los países y empresas que no cumplan sus compromisos a comprar derechos de contaminación a quienes no los utilicen.

Una vez más, se impone el mito del mercado regulador por excelencia y la mercantilización de la naturaleza. Y la COP 26 mantiene la absurda posibilidad del «derecho a compensación» para los contaminadores. ¡Ridículo! Para que una empresa como Shell pueda «compensar» sus emisiones de CO2 sin dejar de producir petróleo, habría que plantar árboles en el equivalente a toda la superficie de la India.

Sin obstáculos, las multinacionales continuarán arrasando con el planeta entero. El apoyo activo a los tratados de libre comercio y los 3.000 tribunales de arbitraje privados también impiden cualquier cambio ecológico importante.

Por ejemplo, para detener el proyecto de la megaminería de oro en la Guayana Francesa, la empresa afectada reclama a Francia una indemnización de 4.500 millones. La defensa de los bienes comunes globales exige acabar con este privilegio legal de las multinacionales.

En estas condiciones, los mercados de carbono y los sistemas de compensación son señuelos que dan buena conciencia a quienes no quieren cambiar nada en su negocio. 

Ningún nuevo orden ecológico mundial podrá nacer sin poner fin a la impunidad de quienes contravienen el interés general de la humanidad. Es importante recordar que los gobiernos tienen los medios necesarios para actuar. De hecho, a través de las empresas estatales, éstos controlan más de la mitad de la producción mundial de combustibles fósiles.

Y su uso está generosamente subvencionado con 11 millones de dólares por minuto de dinero público en todo el mundo. Además, para 2030, las previsiones de producción mundial de carbón, petróleo y gas duplicarán aquellas que son compatibles con el cumplimiento del Acuerdo de París.

Por lo tanto, es inútil confiar en la buena voluntad de los intereses implicados en estas prácticas devastadoras. Es legítimo crear un derecho vinculante bajo la égida de las Naciones Unidas.

Las propuestas y los medios legales están ahí. Por ejemplo, 2.000 científicos y 700 ONG piden un tratado de no proliferación de la energía basada en el carbono. Bolivia también viene proponiendo desde 2009 la creación de un tribunal internacional para la justicia climática y medioambiental.

Desde 2014 se está negociando un tratado que obligue a las multinacionales a respetar los derechos humanos y el medio ambiente. Propongo un tratado internacional para la gestión universal de los fondos marinos y la prohibición de las perforaciones petrolíferas en alta mar, especialmente en el Mediterráneo, un mar prácticamente cerrado que no sobreviviría a un accidente comparable al que ha contaminado el Golfo de México. La urgencia exige que todo esto se ponga en práctica. Se puede hacer. Es necesario.

Otro hecho evidente es la experiencia concreta de las catástrofes relacionadas con el cambio climático. ¿Cuántas naciones pueden reparar por sí solas, de forma urgente y rápida, los daños causados por las catástrofes medioambientales industriales? Por eso, parece necesario crear una fuerza de intervención y seguridad ecológica bajo la égida de la ONU, la cual podría reunir los medios de intervención rápida que requieren este tipo de situaciones.

Francia tiene mejores cosas que hacer que rebajarse a las gesticulaciones y a la palabrería. Tiene responsabilidades ante la humanidad universal. Está presente en todos los puntos clave del ecosistema global.

En primer lugar, tiene una responsabilidad con el ciclo del agua, que ahora está tan gravemente perturbado. Este es el caso del Mediterráneo, donde hay una situación de emergencia extrema. Pero también en los cinco océanos y en la Amazonía.

Las bases polares científicas francesas son también puestos de avanzada para la observación del cambio climático. Sí, por tanto y en efecto, Francia tiene una responsabilidad especial. 

Francia debe tratar de ganarse el respeto y el apoyo de una nueva diplomacia climática. Una diplomacia alter mundialista. Es decir, una diplomacia que milite por otro orden mundial y otras normas jurídicas que sirvan al interés general humano. Se dispondría de muchos aliados porque la mayoría de los pueblos y naciones saben que la diplomacia global de la cañonera que sigue impulsando el G7 es un irrisorio callejón sin salida ante la gravedad de la amenaza que se cierne sobre toda la civilización humana. 

Lire l’article sur Dominio Publico

Lire l’article sur Le Courrier (quotidien suisse francophone, suivi par 41 000 personnes sur les réseaux, diffusé à 7200 exemplaires dans les kiosques)

Lire l’article sur le site de El Ciudadano (journal chilien, suivi par 5,3 millions de personnes sur les réseaux

Lire l’article sur le site de La Libertad (journal colombien, suivi par 103 000 personnes sur les réseaux)

Cambio 24 (media en ligne local colombien)

El Clarín de Chile (quotidien chilien, suivi par 63 000 personnes sur les réseaux)

Lire l’article sur le site Hoy Diario del Magdalena

Lire l’article sur La Voz Internacional (journal new yorkais hispanophone)

Lire l’article sur La Libertad (journal colombien, suivi par 103 000 personnes sur les réseaux)

Focus Brasil (revue brésilienne, envoyée à plus d’un million d’e-mails et portables)

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Marina Mesure

Syndicalisme international

Marina Mesure is a specialist of social issues. She has worked for several years with organizations defending workers’ rights such as the European Federation of Building and Wood Workers.

She has campaigned against child labor with the International Labor Organization, against social dumping and the criminalization of unionism. As a famous figure in the international trade union world, she considers that the principle of “equal work, equal pay « remain revolutionary: between women and men, between posted and domestic workers, between foreigners and nationals ».

Marina Mesure, especialista en asuntos sociales, ha trabajado durante varios años con organizaciones de derechos de los trabajadores como la Federación Europea de Trabajadores de la Construcción y la Madera.

Llevo varias campañas contra el trabajo infantil con la Organización Internacional del Trabajo, contra el dumping social, y la criminalización del sindicalismo. Es una figura reconocida en el mundo sindical internacional. Considera que el principio de « igual trabajo, igual salario » sigue siendo revolucionario: entre mujeres y hombres, entre trabajadores desplazados y domésticos, entre extranjeros y nacionales « .

Spécialiste des questions sociales, Marina Mesure travaille depuis plusieurs années auprès d’organisations de défense des droits des travailleurs comme la Fédération Européenne des travailleurs du Bâtiment et du Bois.

Elle a mené des campagnes contre le travail des enfants avec l’Organisation internationale du travail, contre le dumping social, la criminalisation du syndicalisme. Figure reconnue dans le monde syndical international, elle considère que le principe de « travail égal, salaire égal » est toujours aussi révolutionnaire : entre les femmes et les hommes, entre les travailleurs détachés et domestiques, entre étrangers et nationaux ».

Sophia Chikirou

Directrice de la publication

Sophia Chikirou is the publisher of Le Monde en commun. Columnist, director of a documentary on the lawfare, she also founded several media such as Le Média TV and the web radio Les Jours Heureux.

Communications advisor and political activist, she has worked and campaigned in several countries. From Ecuador to Spain, via the United States, Mexico, Colombia, but also Mauritania, she has intervened with progressive and humanist movements during presidential or legislative campaigns.

In 2007, she published Ma France laïque (La Martinière Editions).

Sophia Chikirou es directora de la publicación de Le Monde en commun. Columnista, directora de un documental sobre el lawfare, también fundó varios medios de comunicación tal como Le Média TV y la radio web Les Jours Heureux.

Asesora de comunicacion y activista política, ha trabajado y realizado campañas en varios países. Desde Ecuador hasta España, pasando por Estados Unidos, México, Colombia, pero también Mauritania, intervino con movimientos progresistas y humanistas durante campañas presidenciales o legislativas.

En 2007, publicó Ma France laïque por Edicion La Martinière.

Sophia Chikirou est directrice de la publication du Monde en commun. Editorialiste, réalisatrice d’un documentaire sur le lawfare, elle a aussi fondé plusieurs médias comme Le Média TV et la web radio Les Jours Heureux.

Conseillère en communication et militante politique, elle a exercé et milité dans plusieurs pays. De l’Equateur à l’Espagne, en passant par les Etats-Unis, le Mexique, la Colombie, mais aussi la Mauritanie, elle est intervenue auprès de mouvements progressistes et humanistes lors de campagnes présidentielles ou législatives.

En 2007, elle publiait Ma France laïque aux éditions La Martinière.

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